ISSN: 0016-7975
GEOMINAS, Vol. 45, N° 72, abril 2017
Revisión/Review/Revisão
Pedro J López G.
Bió°, MBió. Centro Regional de Investigaciones Ambientales (CRIA), Universidad de Oriente (UDO), Núcleo de Nueva Esparta. e-mail: pedro.lopez@ne.udo.edu.ve
Julio C. Rodríguez
Lcdo°Bió°, MSc. CRIA-UDO. e-mail: juliorod58@gmail.com
José L. Fuentes Z.
Lcdo°Bió°, MSc. CRIA-UDO. e-mail: jluifz@hotmail.com
Recibido: 26-1-17; Aprobado: 13-3-17
Resumen
El compost es un proceso de descomposición biológica de materiales biodegradables bajo condiciones aeróbica y de humedad, permitiendo el desarrollo de temperaturas termofílicas como un resultado del calor producido por microorganismos, con el fin de lograr un producto sanitario y estable. Involucra un proceso biológico altamente complejo en el que participan muchas especies de bacterias, hongos y actinomicetos, convirtiendo a un material orgánico no deseable en un producto de alto valor. Las poblaciones microbianas cambian durante el proceso a través de las siguientes fases: latencia (temperatura inicial similar a la del ambiente), mesofílica I (hasta 45 ºC), termofílica (45 ºC-70 oC), mesofílica II (temperatura desciende hasta los 45 ºC) 4) y maduración (periodo de enfriamiento a temperatura similar a la del ambiente). La erradicación de los patógenos durante el compostaje se debe a varios procesos, incluyendo el calor generado durante la fase termofílica y la producción de compuestos tóxicos. Se realizó una revisión de la bibliografía con el objetivo de presentar y discutir los principios más destacados de la microbiología del compost. Entre las conclusiones más importantes podemos señalar que la detección de Salmonella sp., puede ser un adecuado indicador de la calidad sanitaria.
Abstract
Composting is a process of controlled biological decomposition of biodegradable materials under managed conditions that are predominantly aerobic and that allow the development of thermophilic temperatures as a result of biologically produced heat, to achieve sanitary and stable compost. It involves a highly complex biological process, involving many species of bacteria, fungi, and actinomycetes, which converts a low-value material into a higher-value product. The microbial population change during the process occurs through the following stages: 1) mesophilic (20-40 oC), 2) thermophilic (> 40 oC), and stabilization or curing stage (cooling period). The eradication of pathogens during composting includes, among others process, the heat generated during the thermophilic phase and the production of toxic compounds. We have done a bibliographic review to show and discuss the main aspects of compost microbiology. The detection of Salmonella sp., can be a good indicator of the sanitary quality of the product.
Resumo
O compost é um processo de decomposição biológica de materiais biodegradável baixo condições aeróbicas e de umidade, permitindo o desenvolvimento de temperaturas termofílicas como um resultado do calor produzido por microrganismos, com o fim de conseguir um produto sanitário e estável. Envolve um processo biológico altamente complexo no que participam muitas espécies de bactérias, fungos e actinomicetos, convertendo a um material orgânico não desejável em um produto de alto valor. As populações microbianas mudam durante o processo através das seguintes fases: latência (temperatura inicial similar à do ambiente), mesofílica I (até 45 ºC), termofílica (45 ºC-70 oC), mesofílica II (temperatura desce até os 45 ºC) 4) e maduração (período de enfreamento a temperatura similar à do ambiente). A erradicação dos patogênicos durante o compostagem deve-se a vários processos, incluindo o calor gerado durante a fase termofílica e a produção de compostos tóxicos. Realizou-se uma revisão da bibliografia para apresentar e discutir os princípios mais destacados da microbiologia do compost. Entre as conclusões mais importantes podemos assinalar que a detecção de Salmonella sp., pode ser um adequado indicador da qualidade sanitária.
Palabras clave/ Keywords/Palavras-chave:
Biodegradação, Biodegradación, Biodegradation, biowaste, calidad del compost, compost, compost quality, correção de solos, corrección de suelos, qualidade do compost, residuos biológicos, resíduos biológicos, soil amendment.
Citar así/Cite like this/Citação assim: López, Rodríguez y Fuentes (2017) o (López, Rodríguez y Fuentes, 2017) .
Referenciar así/Reference like this/Referência como esta:
López G, P. J., Rodríguez, J. C., Fuenbtes Z., J. L. (2017, abril). Microbiología del compost. Geominas 45(72). 17-24.
Introducción
La materia orgánica es uno de los más importantes componentes del suelo, su composición es muy variada, pues proviene de la descomposición de animales, plantas y microorganismos presentes en el suelo o de fuentes externas. Aunque no existe un concepto único sobre la materia orgánica del suelo, se considera que es cualquier tipo de material de origen animal o vegetal que regresa al suelo después de un proceso de descomposición en el que participan microorganismos. Incluye hojas, raíces, estiércol, orina, plumas, pelos, huesos, animales muertos, exudados, nemátodos y microorganismos (Román et al., 2013).
El compostaje es el proceso de descomposición controlada de materia orgánica que resulta en una materia orgánica estabilizada y saneada (libre de agentes patógenos) que puede ser usada para el acondicionamiento o mejoramiento de suelos (Termorshuizen et al., 2004). El proceso de compostaje se conoce desde tiempos prehistóricos, los antiguos egipcios encontraron que el rendimiento de los suelos agrícolas mejoraba si el suelo se trataba con desperdicios de animales domésticos y que el efecto beneficioso era mayor si los desperdicios se mezclaban con lodo o restos de plantas (Neklyudov et al., 2006). Partanen et al. (2010), indicaron que el contenido de oxígeno, humedad, composición de la materia orgánica fuente, pH y temperatura están entre los principales factores que afectan al proceso de compostaje y, por último, al producto final, resaltaron además que estas variables están fuertemente interconectadas.
La estabilidad, madurez y fitotoxicidad son variables de primera importancia para establecer la calidad del compost. Aun cuando en la literatura los términos “estabilidad” y “madurez” frecuentemente se usan como sinónimos; en realidad describen condiciones muy diferentes. Una definición bien aceptada de estabilidad es “la tasa o grado de la descomposición de la materia orgánica” y puede ser determinada por la actividad microbiana y/o la disponibilidad de sustrato. Por su parte, la madurez es definida como el grado de descomposición de las sustancias orgánicas fitotóxicas producidas durante el compostaje y puede ser determinada a través de bioensayos en plantas. La fitotoxicidad resulta de varios factores que incluyen altas cantidades de compuestos orgánicos inestables, metales, sales, amonio y ácidos orgánicos volátiles. Se ha destacado que la estabilidad y madurez son críticos en el uso del compost (Ge et al., 2006).
Taiwo (2011), señaló que entre los beneficios ambientales del compostaje están la reducción en el uso y ocupación de los vertederos y rellenos sanitarios, menor contaminación de suelos y aguas subterráneas, menor emisión de metano (poderoso gas de efecto invernadero), la reducción en la obstrucción de ríos, canales y drenajes, y las mejoras en la estructura y fertilidad de los suelos.
Schuchardt (2005), indicó que los sistemas de compostaje pueden clasificarse en dos grandes grupos: 1) de no reactor o envase y 2) de reactor o contenedor. El mismo autor señaló que el compostaje ocurre en dos etapas. En la tabla I se observan las características de cada una de ellas.
Tabla I. Fases y características del proceso de compostaje.
Fuente: Schuchardt (2005).
El compostaje ha mostrado ser eficaz en procesos de biosaneamiento. Marín et al. (2006), demostraron que un sistema de compostaje en pilas removió hasta un 60 % de los hidrocarburos en un lodo de refinería y que se biodegradaron los compuestos tóxicos. Cepas de levaduras aisladas de un compost mostraron la capacidad de degradar el n-hexadecano y tolerar altas concentraciones de plomo (Trama et al., 2014).
Ryckeboer et al. (2003), indicaron que el compostaje es en sentido estricto, un proceso biodegradativo aeróbico en fase sólida de materiales orgánicos con autocalentamiento y bajo condiciones controladas, que lo
diferencia de la descomposición o putrefacción natural. El autocalentamiento es debido a la liberación de calor por la actividad metabólica microbiana, que puede ser descrito mediante la siguiente ecuación:
C6H12O6 (ac) + 6O2 → 6CO2 (ac) + 6H2O
∆G= -667 kcal/mol
El calor así producido inactiva a los agentes patógenos y semillas de plantas, sin embargo, si no es disipado correctamente, conduce a sequedad de la biomasa y la muerte de los microorganismos benéficos y con ello a la falla del proceso.
La degradabilidad y contenido energético de los sustratos, la disponibilidad de humedad y oxígeno y el modo de conservación de energía (aislamiento, pérdidas convectivas) son los factores que inciden en la dinámica del calentamiento durante el compost. El material en descomposición, aún durante un compostaje muy bien aireado, está caracterizado por procesos microbianos aeróbicos y anaeróbicos de ocurrencia simultánea. La relación entre metabolismos aeróbico y el anaeróbico depende de las propiedades físicas del material, incluyendo la estructura, su porosidad, contenido de agua y capacidad, su espacio de aire libre y la disponibilidad de los nutrientes.
Los microorganismos aeróbicos durante la biodegradación necesitan agua y oxígeno para sus actividades. Los productos finales son agua, dióxido de carbono, amonio (o, a temperaturas más altas y pH >7, NH3), nitrato, nitrito, calor y humus o sustancias parecidas al humus. El aire exhalado del metabolismo aeróbico en compost en pilas contiene vapor de agua, dióxido de carbono, amonio y óxido nitroso. Los productos finales en el metabolismo anaeróbico son metano, dióxido de carbono, hidrógeno, sulfuro de hidrógeno, amonio, óxido nitroso, gas nitrógeno, y agua.
Martínez et al. (2016) señalaron que durante los 90 días del proceso de compostaje, la variación de la temperatura en los diferentes composts definen cuatro fases: latencia, mesotérmica I, termogénica y mesotérmica II, adicionándose una quinta fase, la de maduración. La primera corresponde a la temperatura inicial (similar a la del ambiente) de haberse instalado los composteros, iniciándose su diferenciación con la fase mesotérmica I (desde el incremento de la temperatura inicial hasta los 45ºC). Esta fase se inicia una vez superado el tiempo de adaptación de los microorganismos al medio, multiplicándose rápidamente y la temperatura se eleva, la otra fase es la termogénica (con temperaturas entre 45ºC-75°C), la fase mesotérmica II (cuando la temperatura desciende entre los 40ºC -45ºC) y la fase de maduración cuando desciende a las temperaturas menores o igual a la del ambiente.
Las densidades de los grupos microbianos (bacterias, actinomicetos y hongos) varían en las diferentes etapas del proceso. En la tabla II, se muestran los números aproximados (Ryckeboer et al., 2003).
Tabla II. Densidades aproximadas de grupos microbianos durante las diferentes fases del compostaje.
Fuente: Ryckeboer et al., 2003.
A medida que transcurre el tiempo de compostaje, en los composteros se produce una disminución en la densidad de coliformes totales, coliformes fecales y enterococos. (Martínez et al.,2016) determinaron densidades de estos microorganismo en las mezclas iniciales de composts elaborados con macroalgas marinas, residuos vegetales, estiércol de gallinaza y lodos de plantas de tratamientos, las cuales oscilaron entre 6,95-8,98; 8,30-8,76 y 8,30-10,46 log NMP/100 ml, respectivamente, hasta que las poblaciones no fueran detectadas a partir de los 30 días, debido a los cambios de temperatura durante proceso de compostaje que limitó el crecimiento y la supervivencia de los microorganismos. La densidad de actinomicetos que inicialmente fue de 6,46 a 10,46 NMP/100 ml,
generalmente no presentaron variaciones en los tratamientos durante el proceso de compostaje (Figura 1), porque estas bacterias filamentosas pueden crecer a temperaturas entre 30 ºC y 45 ºC (fase mesófila) hasta los 70 ºC (fase termófila), así como también tolerar pH de 9.
COLIFORMES FECALES COLIFORMES TOTALES
ENTEROCOCOS ACTINOMICETES
Figura 1. Densidad de los microorganismos durante el proceso de compostajes de los diferentes composts elaborados A: Arribazones, RV: Residuo Vegetal, E: Estiércol, LPT: Lodo de Planta de Tratamiento. C1:RV:LDT:A, C2: RV:E:A, C3: LDT:A, C4: E:A. C1,C2,C3,C4: composts.
Diversidad y dinámica microbiana del compost
Los grupos funcionales microbianos de interés en el compost son las bacterias heterótrofas aeróbicas, las bacterias anaeróbicas, hongos y levaduras, los actinomicetos, las pseudomonáceas y las bacterias fijadoras de nitrógeno (Bess, 2008). Neklyudov et al. (2008), han destacado que el crecimiento y sucesión de diversos microorganismos desarrollándose bajo condiciones mesofílicas o termofílicas es un requisito indispensable para la formación del compost y que la composición de las comunidades microbianas depende, en primer término, de la composición de los sustratos que están bajo biodegradación y de su contenido relativo en la mezcla.
Numerosos trabajos publicados describen la diversidad y dinámica de las comunidades microbianas en compost. La caracterización y cuantificación de la actividad enzimática durante el compostaje puede reflejar la dinámica del proceso en términos de la descomposición de la materia orgánica y las transformaciones del nitrógeno, y puede aportar información sobre la madurez del producto. En este sentido, Tiquia (2002), determinó que los números de hongos y actinomicetos se correlacionaron positivamente con la enzima β-galactosidasa y que el número de bacterias heterótrofas se correlacionó positivamente con la α- y β-galactosidasa en dos tipos de compost.
Ryckboer et al. (2003), señalaron que se habían descrito unos 70 géneros bacterianos aislados de compost, siendo los principales Achromobacter, Acidovorax, Acinetobacter, Actinomyces, Alcaligenes, Arthobacter,Azotobacter, Bacillus, Brevibacillus, Cellulomonas, Chrysoebacterium, Clostridium, Corynebacterium, Enterococcus, Flavobacterium, Geobacillus, Klebsiella, Methylobacterium, Nocardia, Paenibacillus y Pseudomonas. Vaz-Moreira et al. (2008), determinaron que bacterias del filum Phirmicutes fueron los microorganismos dominantes en composts comerciales y de elaboración casera, y que estos últimos mostraron proporciones más altas de organismos Gram-positivo capaces de inhibir el crecimiento de Staphylococcus aureus, Enterococcus faecalis, Escherichia coli o Pseudomonas aeruginosa. Rebollido et al. (2008), determinaron que la colonización microbiana en un compost de residuos de sólidos municipales estuvo representada por bacterias, actinomicetos y hongos en proporciones de 44,6, 32,3 y 23,1 %, respectivamente; los géneros dominantes fueron Bacillus, Streptomyces, Actinomyces, Pseudomonas y Azospirillum y que un análisis de regresión múltiple mostró que la temperatura fue el principal factor que influyó sobre los grupos microbianos.
En el co-compostaje de desperdicios de palma aceitera se demostró mediante técnicas de ADN (PCR-DGGE) que el grupo bacteriano dominante cambió del filum Proteobacteria en la etapa termofílica al grupo Chloroflexi en la etapa de maduración (Baharuddin et al., 2009). Moriya et al. (2011), aislaron un nuevo género con dos nuevas especies de bacterias Gram negativo de muestras de compost a alta temperatura (>95 ºC) y las identificaron como Calditerricola satsumensis y C. yamamurae. Usando métodos moleculares, Partanen et al. (2010), demostraron en muestras de compost la presencia de los filotipos bacterianos Actinobacteria, Bacteroidetes, Firmicutes, Proteobacteria y Deinococcus-Thermus. Bhatia et al. (2012), indicaron que la más alta diversidad microbiana en compost en tambores rotatorios comparada con la de pilas, resultó en un producto más estable y de mejor calidad microbiológica.
Dehghani et al. (2012), señalaron que las comunidades fúngicas en pilas de compost estuvieron dominadas por los géneros Aspergillus (34,45 %), Microsporium (18,89 %), Trichophyton (8,89 %), levaduras (6,67 %), Mucor (5,565), Penicillium (4,455), Rhizopus (4,45 %), Fusarium (3,34 %), Cladosporium (3,34 %), y Curvularia (3,34 %), destacando la necesidad de medidas preventivas debido a la posible presencia de especies patógenas. En el compostaje de material orgánico de fincas cafeteras en Colombia, los microorganismos de mayor importancia encontrados en sustratos puros y en mezclas, fueron las bacterias Pseudomonas y Bacillus, Streptomyces (actinomicetos) y los hongos Aspergillus y Penicillium (Escobar et al., 2012).
En un compost de residuos agrícolas, estiércol de ganado y desperdicios de alimentos, se determinó que el número de bacterias aeróbicas disminuyó de 1,2 x 106 UFC/g en la etapa inicial a 1,3 x 104 UFC/g en la final, los hongos de 6,0 x 106 UFC/g a 1,0 x 104 UFC/g mientras que los actinomicetos aumentaron de 5,2 x 105 a 7,4 x 106 UFC/g (Gebeyehu y Kibret, 2013).
Martínez-Nieto y Chaparro-Rico (2013), aislaron 159 cepas microbianas en compost de macrófitas acuáticas invasoras en una laguna colombiana, que correspondieron con 64 bacterias (40 %), 57 hongos 836 %) y 38 actinomicetos (24 %), identificando los géneros Pseudomonas, Sphingomonas, Alcaligenes, Stenotrophomonas, Bacillus, Arthrobacter, Pimelobacter, Enterobacter, Pigmentiphaga, Agromonas, Providencia y Corynebacterium (bacterias); Aspergillus, Rhizopus, Scopulariosis, Rhizomucor, Mucor, Absidia, Syncephalastrum, Scedosporium, Sepedonium, Memnoniella y Penicillium (hongos) y los actinomicetos Actinomadura, Streptomyces, Nocardiopsis, Nocardioides, Kineosporia, Pseudonocardia, Nonomurae, Actinobispora, Actinokineospora, Actinosynnema y Dactylosporangium, predominando en la etapa termófila las bacterias del phyllum Firmicutes y en la de maduración Proteobacteria y Actinobacteria.
En el compostaje de cáscaras de café usando 3 tipos de pilas se mostró la presencia de 31 géneros bacterianos que incluyó, entre otros, a Acinetobacter, Actinomyces, Agrobacterium, Alcaligenes, Brevundimonas, Chryseobacterium, Clostridium, Flavobacterium, Lactobacillus, Methylobacterium, Nitrobacter, Nitrosomonas, Pseudomonas, Stenotrophomonas, Streptomyces, Sphingobacterium y Xanthomonas, un análisis estadístico reveló diferencias en la composición de las comunidades bacterianas entre los 3 tipos de pilas (Shemekite et al., 2014). Awopetu et al. (2015), indicaron que la comunidad fúngica en compost de granos gastados de cervecería estuvo dominada por los géneros Alternaria, Aspergillus, Mucor y Rhizopus.
Calidad del compost
La calidad del compost se refiere al estado total del compost en relación con las características físicas, químicas y biológicas, lo que indica el impacto final del compost en el ambiente. La calidad es determinada por la suma de sus diferentes características y propiedades (Lasaridi et al., 2006). Las principales características de la calidad del compost son las siguientes: 1) la apariencia, 2) color, 3) contenido de humedad, 4) proporción carbono a nitrógeno, 5) grado de estabilidad, 6) olor, 7) densidad de microorganismos indicadores, 8) presencia de patógenos como Salmonella sp., 9) contenido de metales pesados, 10) contenido de compuestos orgánicos, 11) tamaño de partículas, 12) conductividad o contenido de sales, y 13) contenido de nutrientes y microelementos (Neklyudov et al., 2006). Durante el compostaje el residuo biodegradable es transformado a un compost estable que aporta beneficios para el crecimiento de las plantas mejorando la fertilidad del suelo. Sin embargo, dependiendo de los materiales de origen y el manejo del proceso, el compost puede contener sustancias nocivas al ambiente, tales como organismos patógenos a animales, plantas y humanos (virus, bacterias, hongos, protozoarios, nemátodos y helmintos), metales pesados y sustancias orgánicas tóxicas (Christensen et al., 2002). Esto ha conducido a que en varios países se hayan establecido normas de calidad para el compost.
En la tabla III, se muestran algunas de las variables de calidad del compost según las normas chilenas (INNCh, 2005).
Tabla III. Algunas variables de la norma chilena de calidad del compost.
Fuente: INNCh, 2005.
Concentración de metales en mg/kg peso seco
La adición de un 10 % de compost de algas marinas a un suelo arenoso mejoró el crecimiento y la resistencia al estrés por agua en plantas de tomate, aunque la calidad se vio limitada por cantidades excesivas de arena y un bajo contenido de nitrógeno (Eyras et al., 1998). Emino y Warman (2004), determinaron que la col china (Amaranthus tricolor) fue un indicador apropiado para determinar la calidad/madurez de compost, pues la planta no germinó en un extracto de compost inmaduro. Un compost de residuos vegetales de producción local mostró valores de pH que oscilaron entre 3,0 a 10,1; conductividad eléctrica de 40 a 1.020 dS/cm; contenido de humedad de 29 a 43,7 % y porcentajes de germinación que oscilaron entre 5 a 98 %, solo uno de los 4 compost analizados cumplió con la norma (≥90 %), atribuyéndose los bajos niveles de germinación (toxicidad), a los altos niveles de conductividad eléctrica y la presencia de amonio (El-Nagerabi et al., 2011).
El compostaje de la biomasa de algas marinas resultó en un producto que mostró contenidos de nitrógeno, fosfato y potasio de 2,3, 0,86 y 1,8; respectivamente, mientras que el de cadmio fue de 0,08 mg/kg, con una tasa de germinación del 78 % (Haq et al., 2011). Kutsanedsie et al. (2012), determinaron que en el compost de material vegetal y estiércol de ganado usando ventilación forzada y horizontal-vertical sobrevivió Penicillium sp., en ambos tipos de ventilación, mientras que en el primero lo hizo Listeria sp. Bohórquez et al. (2014), señalaron que el compostaje de residuos de la industria de la caña de azúcar usando 5 tipos de tratamiento produjo compost que mostraron valores de pH que oscilaron entre 7,1 a 7,3, conductividad eléctrica de 4,0-8,0 dS/cm, nitrógeno total de 0,3 a 1,3; y relación C/N de 11,6 a 21,9; la humedad mostró correlación negativa con los nutrientes (N, Mg, Fe, Mn, Cu y Zn), y la conductividad eléctrica con el potasio y magnesio. Un compost de residuos vegetales y de lodo mostró
al inicio (20 días) y final (63) del proceso valores de pH de 9,0 y 7,5; amonio 233 y 17 mg/l y de nitrógeno soluble total de 657 y 199 mg/l (Franke-Whittle et al., 2014).
Comúnmente, la calidad microbiana del compost se basa en la cuantificación de las bacterias coliformes totales, fecales y enterococos (indicadores) y no en la detección o enumeración directa de los patógenos, pues los indicadores por lo general ocurren a frecuencias más altas que los patógenos y son más fáciles y seguras de detectar. El compostaje de un estiércol bovino redujo en un 99,9 % la densidad de coliformes totales y Escherichia coli (Larney et al., 2003). Lemunier et al. (2005), estudiaron la supervivencia de Listeria monocytogenes y Salmonella entérica inoculados en compost de material vegetal preparado en reactores y determinaron que S. entérica pudo ser recuperada en compost de hasta 12 semanas. Compost de lodo de aguas residuales y aserrín usando 5 tipos de tratamiento mostró valores de pH que variaron de 7,03 a 7,18, proporción C/N de 15,92 a 25,02; NMP de coliformes totales 8.900 a 123.000; coliformes fecales entre 525 a 2.055; y Salmonella sp., de 0,13 a 1,09 (NMP/4 g) según lo reseñaron Bazrafhan et al. (2006). El compostaje experimental a 55 ºC de estiércol bovino mostró la presencia de E. coli, Salmonella y Listeria en el estiércol pero no en el compost después de 3 días, mientras que Mycobacterium avium fue detectada luego de 56 días. (Grewal et al., 2006).
Bess (2008), indicó que la calidad de un compost como inoculante de microorganismos en suelos para fines de mejora puede establecerse según los criterios de la tabla IV.
Tabla IV. Criterios para evaluar la calidad de compost según la densidad de grupos microbianos.
Fuente: Bess, 2008.
Legionella pneumophila y otras especies de Legionella fueron aisladas de instalaciones de compost, con una }
Fernández et al. (2004), indicaron que en la mayoría de los países europeos los organismos indicadores de contaminación fecal son las enterobacterias en general, los coliformes totales y fecales, los enterococos y los clostridios. Debido a la amplia distribución en aguas, suelos, sedimentos y otros hábitats de las enterobacterias, coliformes totales, enterococos y clostridios; los coliformes fecales y particularmente Escherichia coli parecen ser los más fiables. Destacaron que Salmonella sp., por ser patógena y no estar presente en dichos ambientes sería un parámetro adecuado y confiable para ser controlado en compost.
Conclusiones
1) La alta diversidad microbiana en el compost lo convierte en una importante fuente para aplicaciones biotecnológicas.
2) Las metodologías actualmente utilizadas no permiten definir el tiempo de estabilización del compost.
3) Se hace necesario la estandarización y normalización de los sustratos y abonos orgánicos obtenidos por compostaje con el fin de usarlos como
enmiendas o abonos orgánicos.
4) Debe ponerse más esfuerzos de investigación sobre las capacidades de inhibición o remoción de fitopatógenos por el compost.
5) Se necesita mejorar la evaluación de las ventajas del compost demostrando que es una tecnología indispensable para el manejo sustentable de los suelos y aminorar la emisión de gases de efecto invernadero.
6) La detección de Salmonella sp. en el compost podría ser un indicador de su inadecuada calidad microbiológica.
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The author(s) declare(s) that she/he/they has/have no conflict of interest related to hers/his/their publication(s), furthermore, the research reported in the article was carried out following ethical standards, likewise, the data used in the studies can be requested from the author(s), in the same way, all authors have contributed equally to this work, finally, we have read and understood the Declaration of Ethics and Malpractices.